Crimea: The Last Crusade. Por Orlando Figes (Reseña)

Crimea. The Last Crusade. Por Orlando Figes, Londres- Nueva York: Penguin Books (2011, 2ª edición). Notas al final del libro. Bibliografía. Pp. xxxii, 575.

En su primer «war book», como el mismo autor describe su obra, el profesor Orlando Figes se embarca en un relato sobre la Guerra de Crimea (1853- 1856), conflicto que en el mundo anglosajón ha recibido, incluso ya durante el transcurso del mismo asedio de Sebastopol, una enorme cobertura, tanto en el campo de las artes, la literatura popular así como por parte de historiadores y expertos en relaciones internacionales. Cualquier duda que pudiese suscitar respecto a que el autor repitiese los viejos y manidos tópicos de este conflicto, como pueden se la carga de la Brigada Ligera en Balaclava, la batalla del río Alma o las penurias vividas por los soldados británicos durante el dramático invierno de 1854- 1855 queda disipada ya desde la primera página.

El profesor Figes expone en los tres primeros capítulos cuáles eran la grand strategy de cada una de las tres grandes potencias que se enfrentaron por «el hombre enfermo de Europa», el Imperio Otomano, ya fuese para preservar su soberanía o para arrebatarle sus, aún extensos, dominios en los Balcanes. En este contexto, el autor trata de sostener el papel relevante de la religión en el estallido de esta guerra, debido a que su detonante fue la cuestión de la disputa por los Lugares Santos del cristianismo en Tierra Santa. Sin embargo, el autor no acaba de justificar el grado de relevancia que trata de dar a este factor que, una vez situado en el marco global que el mismo autor traza, no dejó de ser más que un elemento con carácter instrumental, especialmente en manos de la política exterior del zar Nicolás I y sus ambiciones en la península balcánica. Siendo algo malitencionado, incluso podría especularse si no se trata de un débil e innecesario intento para tratar de hacer alguna aportación en la cuestión, pues resulta llamativo también por el subtítulo de la misma obra – The Last Crusade– en la edición británica, pues en la edición americana el título completo es un anodino y políticamente correcto The Crimean War: A History.

En los ocho siguientes capítulos se describe, con gran detalle, el desarrollo del conflicto en sus diversos teatros de operaciones: las campañas de 1853- 1854 en las riberas del Danubio, la archiconocida campaña librada en Crimea en 1854- 1855 con el objeto de asediar y tomar Sebastopol, la gran base naval rusa en el Mar Negro; sin tampoco de dejar de prestar atención a otros teatros de operaciones marginales, como fueron las operaciones navales aliadas en el Báltico o el frente secundario abierto en el Cáucaso donde, irónicamente, los rusos lograron su única victoria por las armas, la toma de la plaza fortificada otomana de Kars en noviembre de 1855. Finalmente, el último capítulo está dedicado a las negociaciones que llevaron al Tratado de París de marzo de 1856, dedicando un espacio muy amplio a las consecuencias que tuvo éste a medio y largo plazo, extendiéndose alguna de estos hilos conductores incluso hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.

En su relación sobre la Guerra de Crimea, cuya misma denominación que, a criterio del autor, sería más correcto cambiarla por la de «Guerra Oriental», nombre por el que se conoce este conflicto tradicionalmente en Rusia, el profesor Figes se beneficia enormente de la abundante y voluminosa historiografía rusa sobre esta guerra, además de utilizar documentos de interés custodiados en el Archivo General del Estado en Rusia. Por otra parte, se hace patente que su campo de especialización es la Historia Social rusa de los siglos XIX y XX, pues ofrece al lector una rica exposición de las contradicciones existentes en la sociedad rusa a mediados del siglo XIX. Por otra parte, el autor también emplea las obras fundamentales sobre la historia de las relaciones internacionales de este período de Goldfrank y Schroeder, además del clásico de A.J.P. Taylor. Respecto al ámbito más concerniente a la Historia Militar, si bien el autor está familiarizado con el vetusto clásico de Kinglake, también utiliza eficazmente las aportaciones publicadas más recientes. De este modo, se nos ofrece una exposición compleja y completa del completo fracaso logístico del ejército británico en Crimea, además de ofrecer una visión compleja sobre la situación política tanto en Francia como en Gran Bretaña.

El único punto realmente discutible es su tesis respecto a que la Guerra de Crimea fué la primera «guerra total» de la Historia, reclamo que últimamente se ha tornado recurrente en muchas historias dedicadas a guerras en los períodos más dispares. En el caso de Crimea, si bien los aliados lograron desplazar a más de 400.000 hombres – 310.000 franceses y 98.000 británicos- al Mar Negro desde sus respectivas metrópolis y resulte imponente la cantidad de tropas alistadas en el Ejército ruso, resulta claro que el modelo mismo de estos Ejércitos no se correspondería adecuadamente al modelo de los Ejércitos de masas característicos de las dos guerras mundiales. Un modelo así no se observa hasta, precisamente y realmente por primera vez, la Guerra Civil estadounidense de 1861- 1865.

Un apartado especialmente destacable es el interés que pone el autor en describir la experiencia de las tropas bajo fuego a partir, fundamentalmente, de memorias y colecciones de correspondencia privada publicadas por soldados y oficiales poco después de finalizada la guerra que, si bien plantean algunos importantes problemas metodológicos, en conjunto me han resultado uno de los aspectos más interesantes de la obra. Ello, junto al excelente Epílogo, donde el autor expone con acierto por qué este conflicto es ampliamente recordado en Gran Bretaña pero no en Francia , contribuyen a que la obra resulte más que recomendable para cualquier lector interesado en esta guerra.

4 comentarios en “Crimea: The Last Crusade. Por Orlando Figes (Reseña)

  1. Ante todo, perdón por mi retraso en responder 🙂

    Pues mercenarios, como tales, los únicos que llegaron a ser movilizados fueron unos pocos miles en las filas del Ejército británico aunque estos apenas llegaron a participar en ninguna operación militar. Teniendo en cuenta que durante las sucesivas campañas de 1853- 1855 debieron ser movilizados alredor de millón y medio de hombres entre todos los contendientes, apenas representarían una proporción ínfima.

    Un saludo,

  2. si el libro sobre crimea está a la altura de los dos que he leido del mismo autor (la revolución rusa y «los que susurran»), no me cabe duda que además de un derroche de erudición, será ameno y con una prosa inusual para un historiador. En definitiva, espero que sea otro magnífico libro.

  3. Pingback: The Franco-Prussian War: The German Conquest of France in 1870-1871. Por Geoffrey Wawro (Reseña) | Mi Diario de libros

Deja un comentario