El com i el perquè del Compromís de Casp (1412). Història i debat. Por Ernest Belenguer (Reseña)

El com i el perquè del Compromís de Casp (1412). Història i debat. Por Ernest Belenguer Cebrià, Barcelona: Rafael Dalmau Editor, Episodis de la Història 356 (2012). Referencias. Bibliografía. Pp. 103.

La publicación de esta reseña se ha retrasado un tanto, en parte, debido a las obligaciones laborales y requerimientos diversos de la Administración; pero sobretodo también porque constaté, tras finalizar la lectura de este librito de mi antiguo maestro y catedrático de Historia Moderna por la Universitat de Barcelona Ernest Belenguer, que yo sabía demasiado poco sobre la cuestión como para poder formarme mi propio criterio o que éste, al menos, fuese lo suficientemente fundamentado para comprender una cuestión tan compleja como el Interregno de 1410- 1412 y el Compromiso de Caspe resultante.

La mayor parte de la obra está dedicada a fijar, por una parte, tanto el contexto socioeconómico de la Corona de Aragón durante la primera década del siglo XV como, por otra parte, las dinámicas políticas genuinas de cada uno de los Reinos que la componían; a continuación, se desglosa todo el complejo proceso político que acabó desembocando en la decisión que prevaleció entre los nueve representantes seleccionados y reunidos en Caspe en Junio de 1412 de escoger a Fernando de Antequera y hasta entonces regente del Reino de Castilla durante la minoría de edad de su sobrino y futuro rey Juan II, como sucesor del último rey de la Casa de Aragón Martín I el Humano, fallecido sin heredero formalmente designado en Mayo de 1410.

Ante todo, debe subrayarse que sobre esta cuestión difícilmente puedan aparecer testimonios novedosos que modifiquen el conocimiento actual sobre lo acaecido durante el Interregno pues, si ya Jerónimo de Zurita (1512- 1580) dedicó gran atención a este momento en sus Anales de la Corona de Aragón, éste ha sido seguramente uno de los episodios históricos que más atención ha recibido por parte de toda la historiografía que se ha generado desde finales del siglo XV hasta la actualidad aunque, como acertadamente observó J. Ángel Sesma Muñoz en 1999, el debate historiográfico todavía está teñido de muchos tópicos e interpretaciones poco científicas (nota 30 en «La fractura en la sociedad política catalana en vísperas del Compromiso de Caspe», Anuario de Estudios Medievales, vol. 29, pp. 1.043- 1.066, 1.060. Barcelona: CSIC, 1999).

Esto se debe, fundamentalmente, a que la interpretación de los hechos ha ido en función de las simpatías nacionalistas a lo largo de los últimos quinientos años, unos ensalzando la elección de Fernando de Antequera como el primer paso a la unión nacional española que se plasmaría definitivamente con los Reyes Católicos y otros, en cambio, deplorándola al considerarlo un error de funestas consecuencias para la supervivencia de los derechos nacionales del Principado de Cataluña y como fuente de todos los males posteriores que, siglos más tarde, culminarían con Felipe V y su Decreto de Nueva Planta de 1715. No es necesario detenerse demasiado para indicar que ambas interpretaciones adolecen por ser meros anacronismos ahistóricos teñidos presentismo al servicio de las agendas políticas de cada momento y que, generalmente, ha concentrado su atención en litigar sobre cuáles eran los derechos más cualificados que, en su momento, cada uno de los candidatos alegó para justificar su legitimidad sucesoria.

En cambio, durante los últimos veinte años ha ido abriéndose paso una interpretación que ha tratado de alejarse de interpretaciones y debates un tanto estériles. Al fin y al cabo, si algo resulta claro entre la evidencia existente es que Martín el Humano deseaba ser sucedido por su nieto, el hijo bastardo de su hijo Martín el Joven, quién había fallecido el 1409. Y, por otra parte, que mientras en 1396 había primado la línea masculina en la sucesión de Juan I al descartarse a su hija, en Caspe se optó por primar el parentesco menos indirecto pero por línea femenina de Fernando de Antequera por encima del conde Jaime II de Urgel. Pues lo que primó, en todos estas consideraciones aquí expuestas, fue la conveniencia política al no considerarse adecuado, en primer lugar, designar como sucesor a un niño de corta edad ni, en segundo lugar, tampoco escoger a Jaime de Urgel, personaje seguramente demasiado vinculado a las luchas de bandosidades que, en aquel entonces, tenían lugar en los Reinos de la Corona de Aragón como para suscitar un consenso mayoritario entre los estamentos representados en las Cortes o, como entonces también se les conocía, la terra. Esto, unido a la habilidad política del infante Fernando y el apoyo decisivo recibido del papa cismático Benedicto XIII y entonces residente en Peñíscola, acabaron por determinar el resultado del Compromiso de Caspe como ya algunas voces contemporáneas denunciaron públicamente antes de Junio de 1412.

Toda esta compleja madeja política es desentrañada de forma brillante por el profesor Belenguer, quién además dedica atención a rebatir algunos argumentos presentados en el debate historiográfico durante estos últimos años y, concretamente, por parte de Ángel Sesma quién recientemente ha argumentado que el voto en Caspe, por parte de los nueve compromisarios, fue unánime a partir de un documento que no es del todo inédito y que entraría en contradicción aparente contra la indicación de Zurita, quien informó que Fernando de Antequera recibió sólo seis votos favorables. Y para restarle autoridad al analista aragonés, Sesma subraya que no se ha hallado el testimonio documental sobre el que se fundamentaría la información de Zurita. Dejando de lado la endeble lógica del argumento planteado por Ángel Sesma, debe tenerse en cuenta que resulta muy atrevida tal afirmación, como el mismo Belenguer también indica, si se tienen en cuenta los avatares, como incendios y saqueos, que padeció el archivo de la Diputación en Zaragoza durante el siglo XIX y que, por otra parte, se está lejos aún de haber analizado con detenimiento los archivos locales que hay por la región y donde, de vez en cuando y cuando se ha buscado con el debido esmero, se han hallado los documentos empleados por Jerónimo de Zurita y que se corresponden fielmente a las informaciones que el mismo recoge en sus Anales.

Finalmente, debe hacerse algunas observaciones sobre la edición. Si bien es de factura muy austera, como es costumbre en otros ejemplos de esta colección del editor Rafael Dalmau, debe hacerse notar que el apéndice bibliográfico no recoge algunas de las referencias que se dan en las últimas páginas del texto, seguramente por una omisión del todo involuntaria. En su conjunto, esta síntesis resulta de enorme interés para cualquier lector interesado en tener un primer contacto con la cuestión y que, sin duda, disfrutará del tono pedagógico que Ernest Belenguer practica por norma.

4 comentarios en “El com i el perquè del Compromís de Casp (1412). Història i debat. Por Ernest Belenguer (Reseña)

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