Vida y reinado de Pedro IV el Ceremonioso. Por Ernest Belenguer (Reseña)

– Vida y reinado de Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387). Por Ernest Belenguer Cebrià, Lleida: Milenio (2015). Bibliografía. Referencias en el texto. Pp. 380.

Retornamos con una nueva reseña del catedrático Ernest Belenguer, insigne maestro de un servidor en la Universitat de Barcelona y del que ya hemos reseñado varias de sus obras sobre la historia de la Corona de Aragón durante la baja Edad Media. En este sentido, esta reciente biografía dedicada al rey Pedro IV de Aragón, también conocido como el Ceremonioso por su celo en mantener la etiqueta cortesana, no deja de ser una excelente muestra de su buen hacer como historiador.

En este sentido su relato constituye una completa síntesis de toda la producción historiográfica de estos últimos cuarenta años dedicada a estudiar el desempeño de la Corona de Aragón durante el siglo XIV, periodo durante el cuál el prolongado reinado de este monarca se extendió durante más de medio siglo. En este sentido, la exposición del autor resulta más completa y satisfactoria que otras publicaciones catalanas de esta última década y resulta una necesaria síntesis actualizada sobre este momento decisivo para dicha monarquía feudal.

Representación del juez Mariano IV de Arborea (1317-1375), principal señor feudal en la isla de Cerdeña y desde septiembre de 1353 enemigo constante del rey Pedro IV de Aragón . Iglesia de San Nicolás en Ottana, Cerdeña. (Fuente: Wikimedia Commons.)

El autor hace una completa exposición sobre las decisiones y hechos del reinado de el Ceremonioso, caracterizado tanto por su obsesión por sostener el dominió aragonés en Cerdeña y por la larga y costosa Guerra de los Dos Pedros contra Castilla (1356-1369), conflicto que transcurrió en coincidencia e interaccionando con la Guerra de los Cien Años que se libraba también sobre el vecino suelo francés. En este sentido, el resultado resulta más que satisfactorio pues el autor logra combinar las dinámicas de los intereses geoestratégicos de la Corona de Aragón con la obsesión del monarca de guardar a toda costa la herencia y patrimonio infeudado de sus antepasados de la Casa Condal de Barcelona.

Y para ese objetivo el Ceremonioso no dudaría empeñar hasta el límite las finanzas de la Corona en un proceso similar al de Inglaterra y Francia durante este mismo periodo, especialmente para sostener la larga guerra contra el rey Pedro I de Castilla. Pero en contraste al caso inglés y francés, la creciente movilización de de recursos financieros por la Corona resultó en un endeudamiento insostenible. El mismo autor concluye que el paralelismo con Felipe II durante el siglo XVI es más que obvio pero con el agravante que esta era una monarquía que, tanto económicamente como demográficamente, era muy inferior a sus vecinos, Castilla y Francia, y que a lo largo del conflicto sólo pudo jugar su principal baza para salir airosa de esa guerra apoyando y subsidiando las ambiciones de Enrique de Trastámara para hacerse con la Corona de Castilla. Cosa esta última que sólo ocurriría y de forma un tanto azarosa en 1369, una vez ya finalizada la guerra.

En definitiva, éste no deja de ser otro exponente más de la buena praxis historiográfica del maestro Belenguer, alejada de exabruptos nacionalistas que suelen asolar la historiografía catalana de estos últimos años y que, en cambio, gozan de todo el rigor exigible en un autor de su talla.