Haciendo españoles. Por Alejandro Quiroga Fernández de Soto (Reseña)

– Haciendo españoles. La nacionalización de las masas en la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Por Alejandro Quiroga Fernández de Soto, traducido por Lïduam Pong, Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Estudios Políticos (2008). Bibliografía. Notas al pie de página. Pp. xvi, 383.

Hoy retornamos con una nueva reseña dedicada en esta ocasión con este excelente trabajo, originalmente publicado en inglés por Palgrave en 2007, del doctor Alejandro Quiroga quién actualmente ejerce como personal contratado en la Universidad de Alcalá. Repasando su currículo de publicaciones, no se puede dejar de observar el título de su libro más reciente: Right-Wing Spain in the Civil War Era: Soldiers of God and Apostles of the Fatherland, 1914-45 (2012) y que no dejaría de ser, aparentemente, otra cosa si no la ampliación del presente estudio a reseñar. Éste fija su marco cronológico en la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, que con el golpe de estado que lideró en septiembre de 1923 y con la debida aprobación del entonces monarca Alfonso XIII, representó el final el régimen constitucional de la Restauración borbónica del 1874.

A parte de fijar el marco político de este período concreto, el autor dedica su interés en las políticas dirigidas desde el régimen para la nacionalización de las masas, proceso de aculturación practicado desde el Estado que ya llevaba en marcha en España prácticamente desde 1833 de la mano de los primeros liberales que llegaron a ejercer un control efectivo del poder, al igual que en paralelo se ejecutaban políticas similares en Alemania, Francia e Italia. Y una de las tesis del autor, acorde con la tendencia historiográfica más difundida en la actualidad, estriba precisamente en que España no fue un caso raro en Europa Occidental de nacionalización fracasada de su población. El caso alemán de verano de 1914, admirablemente desarrollado por Jeffrey Verhey, debería servir para no incidir en la proverbial y tópica excepcionalidad hispana a la que, tradicionalmente, la historiografía española ha apelado para interpretar la Historia contemporánea de España.

También como en otros países europeos, también el régimen liberal se tambalearía ante la crisis de credibilidad de estos modelo político que acaeció en Europa tras la finalización de la Gran Guerra en 1918, procediéndose a la implantación de una dictadura derecha y nacionalista. Esta caracterización entraría en contradicción, por una parte, con las tesis del difunto profesor Javier Tusell, quién sostuvo el régimen de Primo de Rivera fue de corte liberal. Y por otra parte, también critica al también famoso historiador Stanley G. Payne cuando este considera que no se la puede caracterizar de nacionalista por el contenido netamente católico presente tanto en su discurso como pensamiento político. En réplica, resulta extraordinario caracterizar como liberal a un régimen donde se propuso, en 1927, la introducción de una tarjeta que calificase en una adecuada condición física a todas las mujeres en España, resultando la posesión de la misma en que se pudiese trabajar para la Administración o en talleres y fábrica e, incluso, para poder casarse (ver pp. 190-191). Y en cuanto a los argumentos de Stanley Payne, el autor repone que el catolicismo precisamente fue empleado como rasgo identitario, especialmente con la intención de que la nacionalización se implantase especialmente entre los trabajadores del medio rural, considerados como potencial baluarte contra los obreros urbanos susceptibles a secundar a los movimientos sindicales anarquista y socialista.

Pues fue, precisamente, el movimiento obrero lo que más temían las élites socioeconómicas que apoyaron en 1923 el golpe de estado del entonces titular de la Capitanía General de Barcelona. Pero como observa el autor, este apoyo fue erosionándose a medida que la Dictadura, al intentar introducir su propio discurso de nacionalización, trató de monopolizar el control sobre la educación infantil y superior, chocando de lleno contra los intereses católicos articulados alrededor del periódico El Debate y, más discretamente, contra parte de la jerarquía eclesiástica. Y, por otra parte, el autor se muestra especialmente interesado en el estudio del conflicto contra el movimiento nacionalista catalán, que se opuso a las iniciativas del Estado para erradicar la enseñanza de la lengua catalana como la presencia en el espacio público de símbolos nacionales, como los himnos diversos y la senyera, considerados todos estos elementos como potenciales focos de antiespañolismo. También resulta remarcable el interés de la Dictadura por convertir un rasgo identitario catalán, como la Virgen de Montserrat, en un rasgo identitario español al designarla como santa patrona del Somatén Nacional, organización originalmente catalana que la Dictadura trató de expandir para toda España.

Por último, resulta también de interés subrayar como la Dictadura primorriverista representó el primer antecedente de muchos desarrollos históricos que le seguirían en la década de 1930 y más allá. Por una parte, destaca el primer uso de medios de movilización masiva en apoyo del régimen, como serían manifestaciones callejeras de miles de personas, mítines e inclusos fiestas populares. Por otra parte, resulta de interés observar como, de facto, la élite política de la Restauración en la mayoría de provincias resultó desarticulada, surgiendo toda una serie de nuevas figuras políticas en el seno del partido único primorriverista, la Unión Patriótica, y que luego nutrirían las filas políticos de bajo y medio rango de la Dictadura franquista. También resulta de interés sus esfuerzos para tratar de cuantificar el éxito de las políticas primorriveristas, resultando especialmente encomiable su rastreo de la evolución de soldados de reemplazo movilizados para el servicio militar durante la década de 1920. Y, por último, también representó el antecedente del pensamiento y discurso político del nacionalcatolicismo, que se conformaría en el eje vertebrador del régimen dictatorial que se alzaría vencedor en la Guerra Civil de 1936-1939. De este modo, este  excelente estudio también ofrece una perspectiva interesante para comprender la naturaleza misma del franquismo y, también, de sus vástagos posteriores a 1975.

2 comentarios en “Haciendo españoles. Por Alejandro Quiroga Fernández de Soto (Reseña)

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