Chavs. La demonización de la clase obrera. Por Owen Jones (Reseña)

– Chavs. La demonización de la clase obrera. Por Owen Jones, traducido por Íñigo Jáuregui, Madrid: Capitán Swing (2013, 3ª edición). Notas al pie de página. Pp. 350.

Hoy retornamos con una nueva reseña, en esta ocasión dedicada al importante libro publicado en la primavera de 2011 pero que recibió una enorme publicidad a raíz de los disturbios que estallaron en Gran Bretaña en agosto de 2011, protagonizados precisamente por individuos que son el objeto de este ensayo: los chavs, o chonis o poligoneros como se suelen etiquetar en España. O, más exactamente, pone de relieve la percepción que desde se difunde desde el discurso hegemónico en los medios de comunicación británicos y de notorio cariz conservador.

La obra de Owen Jones emplea, en buena medida, el estilo provocativo del estadounidense Michael Moore en algunos de sus más conocidos libros, como Estúpidos hombres blancos (Barcelona: Ediciones B, 2003) o ¿Qué has hecho con mi país, tío? (Barcelona: Ediciones B, 2004). En el presente ensayo, el autor repasa como las políticas económicas de los Gobiernos conservadores, encabezados por Margaret Thatcher durante la década de 1980, representaron el desmantelamiento de la industria del Reino Unido al negarse, por ejemplo, a devaluar la libra esterlina para mantener los bienes producidos a precios competitivos en los mercados internacionales y abocando, en consecuencia, al paro y a la marginación a millones de personas, pues muchos ya no volverían a encontrar empleo en las comunidades donde vivían; en ningún caso el sector servicios lograría compensar el vacío creado, tanto en número de empleos como en su renumeración, al cerrar las fábricas y minas donde habían trabajado hasta entonces.

Por otra parte, critica el discurso predominante entre los medios de comunicación contra los integrantes de la clase obrera, entendiendo el autor que esta en la actualidad abarcaría solamente aquellos trabajadores por cuenta ajena de bajos ingresos o en el paro; definición un tanto reduccionista desde un punto teórico, como el autor reconoce en su epílogo a la segunda edición del año 2012, que es la que ha editado y traducido al castellano la editorial Capitán Swing. En este sentido, describe también como el movimiento sindical británico fue derrotado por las políticas y discurso thatcheristas que, desde entonces, han encontrado cobijo en buena parte de la sociedad británica, dominada como el resto de sociedades occidentales por el individualismo reduccionista y una competitividad que quiere responsabilizar, exclusivamente, a quienes viven en la pobreza de su presente condición a raíz de sus desórdenes comportamentales antes que a causas de índole socioeconómica. En esta línea, resulta de interés la reflexión que hizo, años atrás, el difunto historiador Tony Judt al condenar esos dirigentes políticos que se vanaglorian en público de aplicar recortes en políticas sociales a sabiendas que estas afectarán en mayor medida, precisamente, a individuos que generalmente no forman parte de su base electoral. En este sentido, resulta de interés su análisis del porqué del hundimiento electoral del Partido Laborista en las elecciones de 2010, en parte por su continuismo de las políticas thatcheristas o Tercera Vía de Tony Blair, en parte también por no prestar atención en su discurso electoral a su tradicional base electoral, la clase obrera británica que, o bien optó por la abstención, o bien votó por candidatos del ultraderechista British National Party (BNP).

En esta línea, resulta de especial interés como Owen Jones, de forma indudablemente audaz y a sabiendas de las pocas simpatías que recibiría desde determinados sectores izquierdistas, afronta esta cuestión de forma muy alejada a la que acostumbran los medios de comunicación. El autor denuncia que el discurso y la praxis de los laboristas se ha alejado de los intereses principales de la clase obrera británica y que son, prioritariamente, el empleo y la vivienda. Estos elementos se habrían visto desplazados, en cambio, por las legítimas demandas del movimiento feminista, de las comunidades culturales inmigrantes o descendientes de inmigrantes foráneos o la crítica contra la política internacional del Reino Unido. Causas todas ellas dignas de recibir apoyo por parte de cualquier persona de ideario izquierdista pero que, en todo caso, no deberían desplazar el merecido protagonismo que merecen causas, quizás menos glamourosas para la clase media, como el empleo o la vivienda, residiendo aquí el quid de la cuestión del apoyo electoral a la ultraderecha, pues es desde estos grupos que se tocan estos temas que son de interés prioritario aún sea preñados de demagogia y fuegos de artificio, poniéndose siempre en evidencia su ineptitud política una vez logran cargos de representación en órganos de gobierno, esencialmente en los ayuntamientos.

En definitiva, Chavs resulta una lectura de lo más recomendable para cualquier persona que se considere simpatizante de idearios izquierdistas, pues invita a reflexionar sobre determinadas prácticas políticas que el autor describe y que en España, desgraciadamente, están al orden del día y que van dirigidas a demoler el Estado del Bienestar. Como ejemplo, baste recordar que una de las primeras medidas de los gobiernos thatcheristas fue vaciar de competencias a los gobiernos locales que eran, hasta entonces, uno de los pilares del Welfare State británico. Y estas medidas recuerdan demasiado a la práctica del actual Gobierno del Partido Popular para, primero, asfixiar financieramente a los municipios para, luego, introducir progresivamente marcos legislativos que forzarán a los ayuntamientos a delegar sus competencias y servicios públicos en favor de las Diputaciones, órganos políticos no sujetos a elección directa y que destacan especialmente por la opacidad en su gestión de los recursos públicos. Ésta y otras sorprendentes similitudes podrán hallarse en este interesante ensayo de Owen Jones.